Dios

Dios es el nombre que se le da a un ser único omnipotente y personal en las religiones teístas y deístas, y otros sistemas de creencias, quien es: o bien la única deidad, en el monoteísmo, o la deidad principal, en algunas formas de politeísmo, como en el henoteísmo. Dios también puede significar un ser supremo no personal como en el panteísmo, y en algunas concepciones es una mera idea o razonamiento sin ninguna realidad subsistente fuera de la mente, como en los sistemas materialistas. A menudo Dios es concebido como el creador sobrenatural y supervisor del universo. Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios. Entre estos, los más comunes son omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, omnibenevolencia, perfecta bondad, simplicidad divina, y existencia eterna y necesaria. Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el «mayor ser concebible con existencia». Estos atributos fueron descritos en diferentes grados por los primeros filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides, San Agustín, y Al-Ghazali, respectivamente. Muchos destacados filósofos medievales y filósofos modernos desarrollaron argumentos a favor de la existencia de Dios. En forma análoga numerosos filósofos e intelectuales de renombre han desarrollado argumentos en contra de la existencia de Dios. Su conceptualización ha sido tema de debate en diversas civilizaciones..

Dios

Dios como todas las circunstancias de la propia historia ha tenido su evolución. Antes de la aparición de las primeras civilizaciones cuando el hombre ya era un ser sedentario ya existían formas y representaciones divinas que envolvían el día a día del hombre primitivo. Estos dioses eran femeninos relacionados con la naturaleza pero sobre todo con la fertilidad ya que se veía el embarazo de la mujer como un efecto mágico de la propia naturaleza. Con las primeras civilizaciones, en Mesopotamia, la concepción de divinidad se masculiniza, es desde allí donde salen las primeras leyendas como las de Noé que es una versión hebrea del relato mesopotámico sobre Utnapisthim y el diluvio, además de salir personas como Abraham, salido de Caldea, que es el padre de las religiones abrahamicas y con ello el monoteísmo. Es en aquellos momentos donde ser rey-sacerdote era un papel en conjunto que certificaba y justificaba el poder de unos hombres sobre los otros, una justificación de las jerarquías establecidas gracias a la confirmación de los dioses.

Es en aquellos momentos iniciales donde surgen las primeras ideas del paraíso, ya que antes como se puede ver en la historia de Gilgamesh la muerte se veía con un punto oscuro y lúgubre, un punto sin retorno. En aquellos momentos la necesidad de darle una satisfacción a la plebe sale la palabra “Paradise” en el que los justos podrían ir a la eternidad. Mucho se discute que en aquellos momentos “valor” y “justicia” tiene valores aún demasiado relacionado con las clases altas que no se ajustaba a la realidad de las clases más bajas. En Egipto sale la primera idea de monoteísmo en la persona del emperador Ajenatón que fue el décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Su reinado está datado en torno a 1353-1336 a. C. y pertenece al periodo denominado Imperio Nuevo de Egipto. Con Ajenatón, la reforma religiosa se radicalizó con la imposición de la preferencia del dios Atón sobre el resto de dioses y la prohibición del culto a Amón. El faraón intentó, como ya había hecho su padre, aminorar el poder que el sumo sacerdote y el clero de Amón habían adquirido con el tiempo. Sin embargo, este cambio no se realizó en los primeros años del reinado. El propio nombre de nacimiento del rey Amenhotep conllevaba mención al dios Amón y, al principio, ambos cultos podían coexistir libremente. Según los historiadores, fue alrededor del quinto año de reinado en solitario cuando el rey Amenhotep IV abandonó su nombre de nacimiento en honor al dios Amón y adoptó el de Ajenatón, conjuntamente con modificaciones en los distintos títulos, como los nombres de Horus, Nebty y Horus Dorado. Esa reforma fracasó pero muchos quieren ver este faraón con la aparición, o por lo menos influencias del monoteísmo hebreo. De Egipto sale la figura de Moisés que es el que promueve el éxodo, siendo un personaje con claros oscuros. Principalmente porque no se tienen fuentes históricas fiables que justifiquen su existencia, porque se habla de que los hebreos eran esclavos cuando en Egipto no existió el concepto de esclavitud, y porque la cronología en el caso de este personaje es muy difusas. Historiadores expertos en la temática señalan que el Dios de Moisés es un dios menor, es un ser de las montañas que esta entre dos tribus hebreas nómadas, una de esas tribus es la de Moisés y la otra es la de Arón que en el antiguo Testamento sale como “hermano” de Moisés. Es Moisés de origen egipcio el que entraría en contacto con este Dios en las montañas en la que Moisés le habla como un egipcio hablaría a una divinidad “¿Quién eres tú?” a la que el Dios le contesta “Yo soy el que soy” de ahí surge YHWH que significa “soy” aunque la contestación correcta sería “!A ti que te importa!” ya que los egipcios creían que si sabias el nombre real de un dios tenías poder sobre él, era la manera de certificar que Moisés había encontrado a un dios diferente, es el paso de un dios “terrenal” a un dios omnipresente y omnipotente, que no admite ningún control sobre ningún hombre ni poder terrenal. Moisés es considerado un legislador, el que certificó las leyes de Dios sobre el pueblo de Israel. A la tribu de Moisés y Arón se les llama yahvistas ya que sus tribus son las que llegan a Israel y traen al nuevo Dios, la tierra prometida, que no estaba desierta, todo lo contrario, había poblaciones nómadas, que tenían un carácter politeísta tanto es así que en los primeros tiempos Yahvé tenía una versión femenina y convivía con otros dioses menores siendo la razón que el Dios hebreo fuera celoso y bélico respecto a los demás dioses. Con la llegada de Yahvé, las tribus de Moisés y Arón traen consigo, el futuro judaísmo, el monoteísmo.

No había ya desde un principio la concepción de una única manera de ver a Dios. En las religiones politeístas y paganas como las que hubieron en la antigua Roma o la Grecia Clásica por ejemplo, el dios supremo también existe, pero a menudo se sobre entiende, se difumina respecto a los demás dioses a diferencia del Dios supremo que no admite más presencias de poder que la suya misma, esto lo podemos ver en personajes orientales como Buda, desde una perspectiva más filosófica y Confucio, desde una perspectiva más moral. El paganismo en si es un conjunto de creencias milenarias basadas en la idea del equilibrio entre las fuerzas de la Naturaleza y la armonización que los seres vivos tienen con estas. Tiene como fundamento, la creencia en la dualidad existente en todas las cosas, reconocida como Energía Activa y Energía Pasiva. Paganismo no era ni siquiera concebido como una religión o creencia, era más bien un modo de vida, practicado desde hace 200,000 años, cuando el ser humano empieza a desarrollar las características que lo hicieron evolucionar a Homo Sapiens. Desde la primera ofrenda mortuoria, la creencia en un mundo más allá del que vemos, se puede pensar que existe el Paganismo. Es de esta creencia de donde parten todas las religiones institucionalizadas más populares de hoy en día como el Judaísmo, el Catolicismo, el Islam  y el Cristianismo en todas sus variantes. Y esto puede verificarse históricamente, ya que la mayoría de sus fiestas más importantes provienen de rituales antiguos de origen pagano. En estricto sentido de la palabra, todos nosotros tuvimos antepasados Paganos en nuestro linaje, antes de que se transformaran estas religiones patriarcales. En las En las sociedades politeístas no suele existir una teología propiamente dicha, pero suelen convivir con sistemas filosóficos y éticos bastante complejos. Cada fuerza sobrenatural, como el rayo, la muerte o el embarazo, atiende a unos mecanismos establecidos, que conforman un complejo orden cósmico muy jerarquizado, descrito mediante mitos, leyendas y obras sagradas. En el politeísmo, debido a un entramado muy consolidado de transmisión, oral o escrita, el conocimiento es acumulativo, es decir, es perfectamente ampliado bien por la especulación de los individuos dedicados a ello como chamanes, brujos, poetas o por el contacto intercultural que el Dios hebreo rechazaba.

El Dios hebreo es un dio minoritario dentro de un contexto menor de Oriente que evoluciona gracias a los profetas, divididos entre profetas mayores y menores en el que Juan el Bautista es el último de todos ellos. Un nuevo cambio se produce cuando aparece Jesús de Nazaret que descontextualiza a Dios fuera del templo y los ritos llevandolo a los más pobres llamando “abba” a Dios, que significa “papaíto”, ofreciendo una perspectiva más social de Dios en los ámbitos rurales de Palestina dentro del contexto de una escuela farisaica como puede ser la escuela de Hillel. Una vez muerto Jesús otro hombre lleva el mensaje de Jesús en este caso al mundo gentil, Saulo de Tarso, llamado posteriormente San Pablo que comanda la vertiente del heleno cristianismo que al final vencerá al judeocristianismo de San Pedro. San Pablo transmite el mensaje a los más pobres, a los esclavos, de los campos, siendo las nuevas influencias un mensaje rural, con ello nacía el cristianismo. Muchos discuten que el cristianismo fuera perseguido diciendo que fue un invento de Eusebio de Cesarea pero si se puede destacar que fue un movimiento revolucionario a comparación del de los años 60 del siglo XX en el que los más ricos vendían todas sus posesiones y se hacían míseros y escuchaban el mensaje del hombre de Nazaret en boca de sus discípulos que llevaban el mensaje hasta las ultimas consecuencias, hasta la propia muerte. En aquellos años el Jesús judío se transforma, deja sus rizos y unos rasgos hebreos para convertirse en un hombre alto y bello a la altura de Alejandro Magno. Con él aparecen los ángeles y se habla del alma y de la resurrección dentro de unos rasgos platónicos, es decir, el Dios hebreo se ha helenizado, es ahora un Dios griego que delata una de las virtudes del cristianismo que es la capacidad de adaptarse según el contexto social y terrenal donde se encuentre sin perder sus esencias originales como mensaje. Otro acierto fue el método de transmitir el mansaje del Dios heleno. San Ireneo transcribe los futuros evangelios separando los difíciles de entender, simplificando el mensaje a un publico analfabeto, convirtiendo el mensaje de Jesús, un hebreo de Palestina, en universal, se vulgariza para que fuera entendible para un hombre de Roma o uno de Atenas, sin que la esencia de dicho mensaje, el amor, la bondad, o la justicia, no se resintieran. Con Constantino El cristianismo se  oficializa y absorbe todas las tradiciones paganas apareciendo la Navidad. Además surge una fiebre de búsquedas de piezas sagradas que estuvieron en vida de Jesús, uno de ellas, la copa sagrada, el cáliz que alimentó las leyendas del mundo medieval artúrico en Britania y después en el mundo. Con la absorción de las tradiciones paganas en el cristianismo aparece un debate como es: que hacer con la esclavitud, sistema que sustentaba la economía de la antigüedad y contraria a las ideas cristianas. Esos debates se debatían en los diferentes concilios que finalmente formarían lo que hoy conocemos catolicismo.

En Arabia aparece una nueva perspectiva de Dios con el nacimiento de Mahoma “el justo” para más de mil millones de personas los últimos de los profetas, que al dictado de Dios transforma una sociedad politeísta y nómada en una sociedad monoteísta y cohesionada a través de los preceptos del Islam. El Islam a diferencia del cristianismo se expande a partir de las vías marítimas, a partir del comercio en el que se transmite una nueva forma de entender a Dios que a diferencia del cristianismo es un mansaje más adaptado a las ideas políticas y capitalistas desde sus inicios. Estas tendencias abrahamicas se enfrentarían en las llamadas cruzadas.  Era la edad media cuando en Europa en el siglo XIV tuvieron que afrontar las diferentes pestes como la peste negra. Allí la población no entiende como Dios los castiga cuando ellos vivían al dictado del señor. Con el Renacimiento aparece una nueva concepción de Dios, ya que deja de ser un tabú, con las nuevas concepciones científicas con gente como Galileo o Kepler o en los posteriores siglos con gente como Newton Dios necesita un nuevo planteamiento. La iglesia está en un estado decadente y en ello aparecen fuguras como las de Martin Lutero y su reforma protestante. para denunciar los excesos de la iglesia.  La iglesia se da cuenta que necesita una renovación y se replantea la posterior contrareforma sin poder evitar la ruptura. El renacimiento en si no rompe con Dios ya que la gente renacentista, pintores, arquitectos etc. Se dan cuenta que no se puede volver al clasicismo griego obviando al Dios católico. Por eso muchos historiadores entienden que el verdadero cambio de la concepción de Dios surge con la revolución científica donde el Dios de la Biblia ya no lo puede explicar todo. Con la aparición del movimiento de la ilustración esta sensación se magnifica ya que los estudios bíblicos se empiezan a multiplicar. En el siglo XIX se cree que para desmitificar a Dios se ha de buscar al Jesús histórico, al hombre, habiendo tres olas de estudios sobre el hombre de Palestina llamado Jesús de Nazaret.

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En el siglo XX, en el primer tercio existe una exaltación de lo tecnológico cayendo Dios y su percepción dentro de la sociedad en la decadencia. Hombres como Freud, Einstein o filósofos como Nietzsche que pertenecen a una época que proclama que Dios puede caer en el olvido ya que el hombre entiende el mundo por si solo sobre todo con la aparición y la exaltación de la teoría de las especies de Charles Darwin. Con la Segunda Guerra Mundial los hebreos ya a mediados del siglo XX experimentan una sensación antes desconocido como era el ateísmo al ver que Dios, al que tanto habían defendido los abandonaban permitiendo las atrocidades nazis ante el holocausto. Una vez finalizada la gran guerra desde la segunda mitad del siglo XX a la actualidad ha surgido las preguntas de cómo provocar la cohabitación entre la evolución científica y Dios. Hombres escépticos como Richard Dawkins señalan que Dios no puede vivir en una sociedad prospera ya que la gente debe ser buena independientemente de que haya un dios castigador o bondadoso. Otros hombres más moderados como el propio Carl Sagan aunque no fueran creyentes si tuvieron la necesidad de sobre entender la divinidad de la propia existencia. Dios ha tenido una evolución constante que ha seguido el crecimiento del propio hombre que ha visto que las ideas científicas también seguían una serie de tradiciones culturales-religiosas que en el fondo también sobre entienden la omnipresencia y la omnipotencia del propio universo y su desarrollo…[1]

La Factoria Historica


[1] Beck, Guy L. (Ed.) (2005). Alternative Krishnas: Regional and Vernacular Variations on a Hindu Deity. SUNY Press. ISBN 0791464156; Pickover, Cliff, The Paradox of God and the Science of Omniscience, Palgrave/St Martin’s Press, 2001. ISBN 1-4039-6457-2; Collins, Francis, The Language of God: A Scientist Presents Evidence for Belief, Free Press, 2006. ISBN 0-7432-8639-1; Harris interactive, While Most Americans Believe in God, Only 36% Attend a Religious Service Once a Month or More Often; Miles, Jack, God: A Biography, Knopf, 1995, ISBN 0-679-74368-5 Book description.; Armstrong, Karen, A History of God: The 4,000-Year Quest of Judaism, Christianity and Islam, Ballantine Books, 1994. ISBN 0-434-02456-2; National Geographic Family Reference Atlas of the World, National Geographic Society, 2002; Pew research center, The 2004 Political Landscape Evenly Divided and Increasingly Polarized – Part 8: Religion in American Life; Sharp, Michael, The Book of Light: The Nature of God, the Structure of Consciousness, and the Universe Within You. Avatar Publications, 2005. ISBN 0-9738555-2-5. free as eBook; Paul Tillich, Systematic Theology, Vol. 1 (Chicago: University of Chicago Press, 1951). ISBN 0-226-80337-6; Hastings, James Rodney (2nd edition 1925–1940, reprint 1955, 2003) [1908–26]. Encyclopedia of Religion and Ethics. John A Selbie (Volume 4 of 24 ( Behistun (continued) to Bunyan.) ed.). Edinburgh: Kessinger Publishing, LLC. p. 476. ISBN NtUC&pg=PA540&vq=Krishna. Retrieved 5 March 2008. «The encyclopedia will contain articles on all the religions of the world and on all the great systems of ethics. It will aim at containing articles on every religious belief or custom, and on every ethical movement, every philosophical idea, every moral practice.»; Emanuel Swedenborg, Angelic Wisdom Concerning The Divine Love and The Divine Wisdom (New York: Swedenborg Foundation, 1954); Emanuel Swedenborg, Angelic Wisdom Concerning The Divine Providence (New York: Swedenborg Foundation, 1954)

2 comentarios en “Dios

  1. El problema del conocimiento de Dios y de las idea metafísicas lo resuelve KANT al afirmar que todo conocimiento científico exige una síntesis entre los datos empíricos y la estructura de nuestra razón, de modo que la idea de Dios de nuestra razón queda vacia de contenido empírico: no podemos saber nada de Dios (así en la «Critica de la Razón Pura»). Pero Kant rehabilita a Dios como un POSTULADO del orden moral, en la «Crítica de la Razón Práctica». Dios sería el ideal de Perfección de la Humnidad. En ese sentido, a ese ideal de Perfección no responden las Religiones monoteistas de base semita, (judaísmo, cristianismo e islamismo) , porque las guerras de Religión en las que la Humanidad se ha ido exterminando a lo largo de la Historia, que siguen todavía, desde la espera de un Mesias en el judaismo, su personificación en Jesús a quien se cargaron porque sus enseñanzas chocaban con los intereses de los poderosos, pasando por el actual terrorismo islamista, son expresión de la parte más violenta del ser humano. La expresión de esa guerra es la «ciudad eterna», Jerusalén, donde la gente (iglesias cristianas, sinagogas judias y mezquitas islámicas) se mata por conseguir la soberanía de la ciudad eterna. Y perdón por mi manía filosófica.

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