Las dinastías de China

China  se caracteriza por sus impresionantes construcciones arquitectónicas, numerosas leyendas, impecables obras de ingeniería civil, su música, su ópera, costumbres, comidas y obras literarias. Todo este abundante legado proviene del incansable trabajo e influencia de las numerosas dinastías que dejaron su huella a lo largo de la historia. La primera dinastía de la que se encuentra evidencia es la Xia, proveniente de hace más de 2000 años, época en la cual China sólo comprendía la zona que rodea el río Amarillo. A partir del año 771 a.C., comenzó un período de disgregación dando lugar a los Siete Reinos Combatientes, liderados por los temibles señores de la guerra. También existen nombres anteriores a estos tiempos, de los cuales se destaca el legendario Emperador Amarillo, del cual se cree que fue solamente producto de historias y leyendas….

Las dinastías de China

De todos los Reinos Combatientes, Qin era el más occidental de todos, como también el más bárbaro. Qin logró extenderse hasta el sur y terminar con la dinastía Zhou, venciendo los débiles reyezuelos que gobernaban las tierras. Todo cambió cuando subió al trono el joven rey Zheng en el año 238 a.C., autoproclamándose 17 años después emperador de todo China bajo el nombre de Qin Shihuangdi o Qin Shihuang. Su período de reinado fue corto hasta el año 210 a.C., pero se caracterizó por iniciar las obras de la Gran Muralla China. Tras la deportación de la dinastía Qin, los Han inician una dinastía que marcaría la historia de China nuevamente durante 400 años (206 a.C – 220 d.C). La expansión de los límites chinos comienza a avanzar más allá del río Yangtzé, río Amarillo, abrazando las zonas sureñas del actual país. La ideología que Confucio había proclamado es tomada por esta dinastía como si fuera su propia religión y entre las invenciones más importantes se encuentra la fabricación del papel. El emperador más destacado fue el llamado Wudi, quien gobernó a lo largo de 54 años, siendo una figura muy destacada en la historia de China.

A la dinastía Han, le siguió la dinastía Tang, caracterizada por el refinamiento cultural y artístico de China. Esta dinastía convirtió al país en el estado más rico y civilizado del mundo, creando como una suerte de Renacimiento cultural e incorporaron el budismo proveniente de la india, alcanzando una influencia enorme a lo largo de todo el estado. Se extendió desde el año 618 hasta el 907 d.C. Tras la caída del imperio Tang, caracterizado por haber impulsado a china en los mares de la cultura y el progreso, sube una nueva dinastía que le otorgaría a China lo que le faltaba: la paz.

Esta dinastía es conocida como la dinastía Song, la cual promovió el comercio del país focalizando el mercado en la ciudad de Hangzhou al este de China que en su momento se convirtió en la ciudad más cosmopolita contando con dos millones de habitantes hacia el siglo XIII. Durante esta época se imprimieron los primeros libros, impulsando la cultura hacia todos los límites. La dinastía Song se extendió desde los años 960 hasta 1279 d.C. Hacia el año 1280, los temibles mongoles, vecinos y enemigos eternos del estado chino, invaden el país bajo el mando de Kublai Kan, instaurando su población en la zona y demostrando ser una cultura ilustrada y ordenada, contradiciendo las acusaciones de un pueblo mongol bárbaro, instaurando su poderío hasta 1368. Fue ese mismo año cuando ocurre la Revuelta de los Han, la cual acaba con el dominio mongol, y devuelve a china su precioso estado. Es el turno de la dinastía Ming que devolverá a China su antiguo estado de pacifismo y bonanza. De todos modos, esta dinastía desarrollaría una refacción en la Gran Muralla, remodelándola y ampliándola para fortalecer las protecciones contra las invasiones del país vecino. También se caracterizaron por su importante legado cultural: los jardines, las cerámicas y la arquitectura fueron cánones de este período que se extendió hasta 1644.

A mediados del siglo XVII, los pobladores provenientes del nordeste del país, conocidos como los machúes invaden la capital de China (Beijing) y declaran el comienzo de una nueva dinastía: la Qing. Durante este período que se extendió hasta 1840, los Qing lograron extender los límites del país, llegando hasta el Tíbet, Rusia y Mongolia. El período que le sigue al año 1840 es caracterizado por un sinfín de revoluciones y enfrentamientos internos y externos, que llevaron a China a perder una guerra y sufrir los efectos de la decadencia generada por la popularización del opio. También los Bóxer, grupos radicales de ideología anti extranjera se hicieron notar hasta el comienzo del siglo XX y en el año 1912 se deja sin poderes al último emperador: Puyi[1]

La Factoria Historica


[1]Bregolat Obiols, Eugenio (2007). La segunda revolución china. Colección Imago Mundi. Barcelona: Ediciones Destino. ISBN 9788423339198.; Ceinos, Pedro (2006). Historia breve de China. Madrid: Silex ediciones. ISBN 978-84-7737-173-1; Domenach, Jean-Luc (2006). ¿A dónde va China?. Colección Paidós Historia Contemporánea. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica. ISBN 978-84-493-1841-2; Fairbank, John K. (1997). China. Una nueva historia. Santiago de Chile/Barcelona: Ed. Andrés Bello; Freches, José (2006). Eráse una vez China. Colección Gran Austral (Espasa). Madrid: Espasa-Calpe. ISBN 978-84-670-2215-5; Gernet, Jacques (2007). El mundo chino. Barcelona: Editorial Crítica. ISBN 978-84-8432-868-1; Hansen, Valerie (2000). The Open Empire. A History of China to 1600. W.W. Norton and Company: New York; Lovell, Julia (2007). La Gran Muralla: China contra el mundo (1000 a. C.-2000 d. C.). Barcelona: Editorial Debate. ISBN 978-84-8306-720-8; Martinelli, Franco (1975). Historia de China. Dos volúmenes. Barcelona: Editorial de Vecchi; Olle I Albiol, Manel (2005). Made in China: el despertar social, político y cultural de la China contemporánea. Colección Imago Mundi. Barcelona: Ediciones Destino. ISBN 978-84-233-3769-9; VV.AA. (2003). El despertar de la nueva China: implicaciones del ingreso de China en la organización mundial del comercio. Madrid: Asociación Los Libros de la Catarata. ISBN 978-84-8319-169-9.

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