El pie varo

El pie varo o El lisiado o El zambo es una de las pinturas más conocidas del pintor español José de Ribera. Está realizado en óleo sobre tela, y fue pintado en el 1642. Mide 164 cm de alto y 92-94 cm de ancho. Es un ejemplo del crítico realismo de la escuela española del Siglo de Oro. Se exhibe actualmente en el Museo del Louvre de París, gracias al legado del coleccionista Louis La Caze de 1869, que incluyó otras obras maestras como Betsabé de Rembrandt. Antes de ingresar en las colecciones del Louvre se le llamó “El enano”, pues el personaje representado lo parece. Se ha creído durante mucho tiempo que fue pintado para el virrey español de Nápoles, el duque de Medina de las Torres. No obstante, en la página web del Louvre se señala que debió ser un encargo de un comerciante flamenco. Los pintores flamencos habían acostumbrado a sus compatriotas a representaciones de mendigos, y por ello los comerciantes flamencos encargaban este tipo de cuadros a pintores españoles…

 El pie varo

Este lienzo muestra el realismo estricto con el que José de Ribera pintaba. El cuadro está firmado y datado en el ángulo inferior derecho, sobre el suelo: “Juseppe de Ribera español F. 1642“. La estructura compositiva es simple: un mendigo de cuerpo entero sobre un fondo paisajístico. El cuadro representa al joven mendigo con aspecto humilde. Tiene un pie deforme, varo, de manera que no puede sostenerse sobre el talón. El patizambo sonríe directamente al espectador, viéndose que le faltan algunos dientes. Muestra en una mano un papel que dice en latín: “DA MIHI ELIMO/SINAM PROPTER AMOREM DEI“, lo que significa “Déme una limosna, por amor de Dios“. Este papel era la autorización necesaria en el reino de Nápoles para ser un pordiosero. Con ese mismo brazo sujeta al hombro su muleta.

File:José de Ribera 017.jpg

El pie varo

El mendigo se mantiene en pie frente a un cielo claro y luminoso, llenando el lienzo con una luz casi natural. En ello se ve que es una obra del período de madurez de Ribera, pues evolucionó desde un tenebrismo caravaggesco a un estilo luminoso bajo la influencia de los maestros de Bolonia con Annibale Carracci o Guido Reni y Venecia con Tiziano. La figura en su conjunto se representa de forma casi monumental, desde un punto de vista muy bajo, propio de los retratros reales, lo que dota a la figura del mendigo de gran dignidad. Los tonos son monocromos. Frente al luminoso azul del cielo, el mendigo se ha pintado con colores apagados y oscuros…[1]

La Factoria Historica


[1] Tenebrismo es el nombre que la historiografía del arte da a un estilo o corriente de la pintura del barroco correspondiente a su fase inicial, a comienzos del siglo XVII, cuyo principales exponentes son el italiano Caravaggio y José de Ribera (el españoleto, afincado en Nápoles). El tenebrismo se caracteriza por el violento contraste de luces y sombras mediante una forzada iluminación (de forma muy evidente cuando se hace llegar un foco de luz marcando una diagonal en la pared del fondo, como la que proviene de un tragaluz en un sótano -es habitual referirse a este recurso como luz de sótano o luz de bodega-). La palabra proviene del latín tenĕbrae (“tinieblas”). Se ha llegado a identificar como una corriente específicamente propia de la escuela española o tenebrismo español, que surgió a comienzos del siglo XVII como resultado del impacto del caravaggismo en la tradición del uso de la técnica del claroscuro ya incorporada en la pintura española y empleada profusamente en la segunda mitad del siglo XVI (Pedro de Campaña, El Greco, Luca Cambiaso, Morales el divino, Navarrete el mudo, Juan de Roelas). De este conjunto de pintores, que a veces reciben la equívoca denominación de luministas, hay quien considera ya tenebristas a Sánchez Cotán o a Luis Tristán, a pesar de no haber recibido la influencia de Caravaggio; pero el primer núcleo propiamente tenebrista es la escuela valenciana de Francisco Ribalta, con el que entró en contacto Pedro de Orrente, que se había formado con El Greco y Tristán en Toledo y de donde surgió Ribera (aunque la totalidad de su obra conocida se hizo en Nápoles). Menor correspondencia con las convenciones tenebristas tuvo la escuela sevillana de Herrera el viejo y Francisco Pacheco, de donde saldrían Zurbarán y Velázquez. Los periodos siguientes al barroco tenebrista: el barroco pleno de mediados del siglo XVII y el barroco triunfante o barroco decorativo de finales del XVII y comienzos del XVIII, no se caracterizan particularmente por este recurso. Ya en el siglo XIX, el realismo pictórico recuperó los efectos lumínicos tenebristas, tal como se ve en algunas obras de Léon Bonnat. No debe confundirse o identificarse de forma total con la técnica del claroscuro, que como tal técnica se ha empleado en muy distintos contextos estilísticos y cronológicos, antes y después del Barroco. A veces se emplean las expresiones tenebrismo naturalista y naturalismo tenebrista, que lo ponen en relación con el naturalismo o realismo artístico, un enfoque estético común a distintos estilos y escuelas, y que no debe confundirse con el movimiento pictórico francés de finales del siglo XIX denominado “naturalismo”.

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