Batalla del Río Silario

La Batalla del Río Silario o Batalla del Río Siles fue un enfrentamiento militar sucedido en el año 71 a. C. entre las fuerzas romanas de Marco Licinio Craso y los esclavos rebeldes de Espartaco en el contexto de la Tercera Guerra Servil. En este último fue derrotado y muerto en la batalla. En el año 73 a. C. se produjo una revuelta de gladiadores en Capua de la casa de Léntulo Batiato, 70 de ellos al mando de Espartaco, Enomao y Criso escaparon, refugiándose en el Monte Vesubio, derrotando al pretor Cayo Claudio Glabro que fue enviado con un cuerpo de milicianos a detenerlo. Un destino similar sufrieron las tropas de Publio Varinio Glabro. Tras estos éxitos su número aumento hasta los 70.000 hombres, mujeres y niños, incluyendo tanto esclavos fugitivos como pastores y arrieros del sur de Italia. En esos tiempos, se estima que de los seis millones de habitantes de la península, un tercio eran esclavos. Tras avanzar saqueando la campiña italiana hacia el sur y pasar el invierno en las zonas montañosas entre Nola, Nocera Inferiore, Turios y Metapono. Durante dicho período probablemente falleció Enomao ya que no vuelve a ser mencionado. Finalmente llegada la primavera del 72 a. C. la masa humana, que sumaba unas 150.000 almas, empezó su lento avance al norte, supuestamente tratando de cruzar los Alpes para escapar a la Galia. Sin embargo, las disputas entre Criso y Espartaco llevaron a la división de la fuerza, el primero se separo con 30.000 galos y germanos con la intención de continuar la guerra dirigiéndose al Monte Gargano. Los romanos aprovecharon la situación y atacaron por separado a los rebeldes con dos ejércitos consulares de 10.000 hombres cada uno. El cónsul  Lucio Gelio Publícola derroto a la fuerza de Criso quien falleció en la batalla mientras que su colega Gneo Cornelio Léntulo Clodiano intento hacer lo mismo al grupo de Espartaco, que tenía solo 30.000 combatientes en esos momentos, en la región del Piceno pero fue derrotado. Es posible que los sobrevivientes del ejército de Criso lograran reunirse a la tropa rebelde principal. Tras esto Espartaco continuo su marcha al norte con sus 120.000 seguidores con un gran botín producto del saqueo, derrotando cerca de Mutina al gobernador de la Galia Cisalpina Gayo Casio Longino que intento detenerlos con dos legiones…

 Batalla del Río Silario

Finalmente, cuando tenía la posibilidad de cruzar los Alpes la masa de rebeldes dio vuelta al sur a los alrededores de Turios. La razón del cambio de planes se desconoce, aunque la creencia tradicional es que los propios esclavos viendo su éxito decidieron continuar sus campañas de saqueo en Italia. Sin embargo, logro que cerca de 10.000 fugitivos, principalmente mujeres y niños escaparan a la Galia con éxito. En ese momento el Senado romano encargo al rico e influyente patricio Marco Licinio Craso acabar con la rebelión servil. Se le asignaron seis legiones nuevas más las dos de Gelio y Léntulo y dos que él mismo pago, en total unos 45.000 legionarios y auxiliares. Cuando Espartaco y sus fuerzas volvieron a avanzar al norte Craso les freno con seis de sus legiones en algún punto en el Piceno y el Samnio mientras encargo al legado Mummio atacar por la retaguardia a sus enemigos. Sin embargo, Mummio, deseoso de llevarse la gloria de la victoria ataco antes de tiempo siendo derrotado. A pesar de esto cuando Espartaco ataco a la tropa principal romana resulto vencido, perdiendo 6.000 hombres y fue forzado a volver al sur. Craso rápidamente reimpuso la disciplina en su ejército e hizo castigar a las legiones con la decimatio, la ejecución de uno de cada diez hombres a golpes por sus compañeros.

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Estatua de Espartaco en el Museo del Louvre, por Denis Foyatier

No se sabe si se lo aplico a todo su ejército o solo a las legiones Mummio, pero bien unos 4.000 legionarios pudieron morir en los eventos. Tras esto, el curso de la guerra cambio debido a que el ejército romano empezó a perseguir a los rebeldes, matando a varios miles en batallas menores, algunos dicen que hasta 30.000. Finalmente los 100.000 esclavos se refugiaron en el Estrecho de Mesina donde Espartaco esperaba poder cruzar con sus hombres a Sicilia y alzar a los esclavos locales pero los piratas cilicios con los que había pactado su ayuda nunca aparecieron. Craso procedió entonces a construir una empalizada para aislar a los rebeldes, negándoles todos los suministros. Sin embargo, en esos momentos Cneo Pompeyo Magno volvía de Hispania tras derrotar a Quinto Sertorio con siete legiones y procónsul Marco Terencio Varrón Lúculo desde una exitosa campaña en Tracia.

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El mosaico Los gladiadores, de la Galería Borghese

Craso, quien deseaba la gloria de la victoria, vio que esto estaba en riesgo ya que tendría que compartirla con quien llegara primero a auxiliarlo. Cuando Espartaco intento terminar la guerra negociando el romano se negó, por lo que el jefe rebelde ordeno romper el cerco. Tras varios intentos fallidos finalmente lo lograron, pero solo una parte de estos escapo. Los que quedaron huyeron a las montañas de la comarca de Petelia (Bruttium). Ahí, al parecer, una fuerza de 20.000 rebeldes al mando de Cánico y Casto se separo del grupo principal, siendo aniquilada y debilitando aún más al ejército. En esos momentos la disciplina y cohesión de la tropa rebelde empezó a romperse y muchos se dispersaron. Cansado de huir, Espartaco y sus seguidores decidieron dar cara a Craso en una planicie a cruzada por el río Silario (Sele).

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Últimos movimientos de la guerra

Ambos ejércitos estaban en la planicie acampados, los 30.000 a 40.000 esclavos sobrevivientes en la parte superior y los 40.000 romanos en dos campamentos en la inferior, separados por el pequeño cauce. En ese momento Craso ordeno a algunos de sus hombres ir a buscar madera para terminar las obras cuando estos entablaron combate con los exploradores de Espartaco. Pronto el combate se generalizo ya que ambos bandos solicitaron refuerzos. Antes de la misma le llevaron su caballo a Espartaco, y él lo mató con su espada, diciendo: “si venzo, no me faltara otro; si soy vencido, no lo necesitaré”. Decidió combatir a pie con todos los demás. La batalla se inicio sin que nadie la esperada, pero rápidamente Craso organizo a cada una de sus legiones en tripex acies, una primera línea de cuatro cohortes más dos líneas de tres cada una atrás. Mientras sus enemigos se organizaron en varias unidades para la defensa del campamento. En el combate cuerpo a cuerpo a campo abierto los romanos, más disciplinados y mejor equipados, mostraron su superioridad y los rebeldes empezaron a sufrir terribles bajas. Finalmente Espartaco ataco con todo un flanco de los romanos pero estos resistieron y cuando intento matar con su propia mano a Craso quedo rodeado de romanos y, probablemente, ahí fue cuando murió. Fue entonces que los romanos empezaron a avanzar subiendo la ladera, arrollando a los esclavos, que fueron empujados contra su campamento para terminar rompiendo filas y huir siendo perseguidos y masacrados…[1]

La Factoria Historica

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[1]  La principal consecuencia militar de la batalla fue la destrucción del ejército rebelde. No se pudo localizar el cadáver de Espartaco. Los romanos hicieron 6.000 prisioneros, y decidieron dar al mundo una lección: todos fueron crucificados a lo largo del tramo de la Vía Apia entre Capua y Roma. Apenas 3.000 a 5.000 rebeldes escaparon. La victoria fue celebrada durante las fiestas de la Floralia. Los remanentes de las tropas de Espartaco se dispersaron. Un cierto número de ellos logró huir y se refugió junto a los piratas de Cilicia. Pero los que no lo hicieron fueron sistemáticamente perseguidos: Pompeyo logró destruir a una tropa de 5.000 hombres que se dirigía hacia el norte en la Lucania, tratando de salir de Italia por los Alpes. Tras esto Pompeyo dijo: “Craso venció a los esclavos, yo he extirpado de raíz la rebelión”, robándole el crédito de la victoria a Craso ante los ojos del pueblo, ganando el consulado gracias a su popularidad mientras que Craso recibió menos reconocimientos y tuvo que comprar el cargo. A pesar de la derrota militar las fugas masivas de esclavos se siguieron produciendo a lo largo de la historia romana, en especial en tiempos de guerras civiles (como las sucedidas entre el 49 a. C. y 30 a. C.), unos 30.000 se unieron a la flota rebelde de Sexto Pompeyo que dómino Sicilia entre los años 43 a. C. y 36 a. C. Otra consecuencia fue la manumisión de muchos esclavos a lo largo de siguiente período, lo que calmo los ánimos e impidió nuevos levantamientos. A muchos libertos les fueron concedidas tierras en Italia y Sicilia. También el trato y status de los esclavos empezó a mejorar en las sociedades greco-romanas a consecuencias de las Guerras Serviles. La figura de Espartaco en particular se convirtió en un monstruopara los niños, propio de una sociedad esclavista.

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